Deberíamos tratar que el conocimiento escolar sea una herramienta que permitan salir del inmediatismo ( la idea de que sólo existe el presente) y la inminencia ( la creencia en que cada uno sólo puede operar sobre sí mismo). Por el contrario, se trata de ver que la experiencia humana es arbitraria, cambiante y multifacética, que podemos conservar y cambiar el legado de las generaciones anteriores, que el conocer con otros es una experiencia transformadora y nos da la mayor potencia para pensar . En este sentido , enseñar es provocar la mente del otro y la propia, sin “fabricar” al otro como queremos que sea, ni “abandonarlo” para que resuelva todo por sus propios medios.
Philippe Meirieu, Frankenstein educador. Barcelona, Alertes, 1998.